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Después de un largo mes de descanso, estoy de vuelta con este nuevo post, para decirte: No te presiones.

Estas semanas no había escrito porque de pronto se me fueron las ideas y no tenía muchas ganas de sentarme a escribir. En mi última semana de descanso,  llegó a mi correo una invitación a un curso de feminidad. Hablaba sobre la importancia de integrar la feminidad en tu vida. Hasta ese momento, yo jamás había escuchado sobre ello y fue algo que despertó mi curiosidad.

De inmediato me escribí al curso gratuito y aunque las sesiones son bastante temprano, porque se transmiten desde un país diferente al mío, no representaron excusa alguna para mis ganas de saber de que trataba.

La feminidad engloba muchas cosas pero  uno de los puntos importantes del que comenzó hablando la instructora y que quiero contarte, es sobre aprender a no hacer nada. La productividad está asociada a hacer mucho, pero también a aprender a no hacer. Ese es el lado femenino.

En realidad, a raíz de algunos problemas de ansiedad años atrás, yo he aprendido  a descansar y desconectar. Aprendí a darme el tiempo de disfrutar momentos en los que no deseo hacer algo. Y aunque de alguna manera, yo he estado practicándolo en mi vida, nunca supe que antes actuaba en contra de ese lado femenino, porque siempre buscaba llenar los espacios vacíos de mi agenda.

Incluso en un sábado o domingo, buscaba hacer algo para avanzar porque sentía que si no, me estancaba.

Ahora, escuchando el curso de feminidad, en la que resaltan que eso es parte de la misma me he quedado impresionada. Me sorprende al ver que vivimos en una sociedad que rechaza el descanso, que ama las agendas llenas de actividades, que se impide hacer una desconexión.

Estas semanas en las que muchos hemos estado aíslados a raíz de la cuarentena, han sido momentos difíciles para aquellos que nunca paraban ó paran. Aún en casa, se llenan de series por ver, cursos que tomar, ejercicios que intentar, etc.

¿Pero porqué no nos damos ese tiempo para aceptar que podemos parar y no pasa nada?

Al contrario, después volvemos nuevamente con más fuerza y ganas.

Así que la feminidad engloba el no hacer nada: el estar en casa y saber disfrutar, tomarte el tiempo para pensar ó para relajarte. Darte una siesta sin remordimientos de no haber hecho nada «productivo en el día».

La productividad no se mide sólo en cuanto haces, también cuenta lo que no haces. Y en palabras de mi instructora:
Mientras más equilibrado este tu hacer y dejar de hacer, mejor te va.

Por eso ahora mismo, he creado este post para recordarte que No te presiones. No te presiones si no hiciste nada nuevo ó diferente en estas semanas. No te presiones si no te da ganas de hacer ejercicio diario, tómalo con calma. Hacer todo el tiempo algo, no significa que estés siendo productiv@.

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Artista y Blogger. Interesada en el Diseño, las redes sociales y el Marketing.

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